Erase una vez, en un gran cementerio español.
Como todos los días, el sacerdote que se encarga de dar los
responso a los fallecidos, llego a la oficina donde se gestionan los
enterramientos para recoger el listado de los “muertos del día”, como de costumbre no saluda, se limita a
coger la lista y se va.
Pero esta vez, el encargado de esa oficina, le explica que
una familia que traen unas cenizas a las 16,30 h, han solicitado que se le
ofrezca un responso a su familiar fallecido, el encargado le recuerda, que tiene
otro responso a las 17 h, por lo que estará allí seguro.
Parece muy natural ¿verdad?, ¿Qué mas cristiano que un
sacerdote le facilite a un fallecido ese responso que anuncia como el “perdón
de sus pecados para llegar a la vida eterna”
Pues no, la respuesta del sacerdote fue:
-
¿Lo tiene pagado?, si han pagado claro que si, si
tienen la factura tienen todo el derecho al responso, si no, no.
La administrativo no pudo más y le interrumpió:
-
Me están chirriando los oídos. ¡vamos que si no
pagan no tienen derecho al perdón?!!!. ¡Increíble, no lo puedo creer! ¡pero si
les sacan dinero de un montón de sitios!!!
Erase una vez, en un gran cementerio español. Esta vez el
cuento no lo es tal, es una cruda realidad.
Moraleja, en España si no pagas, no vas al cielo
Moraleja, en España si no pagas, no vas al cielo
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